Aeropuerto
Internacional “El Pucú” de Formosa. 27 de agosto de 2017, 18:09 PM. Esta
captura la saqué, algo incómodo y discretamente, antes del momento de embarcar
en el avión que me traía de regreso a la ciudad de Buenos Aires. Recordaba la
escena, pues se mantenía casi intacta desde hacía un año atrás, cuando también
pasé por el mismo trámite viajero.
Allí aparecen, a la vista, una
nutrida cantidad de desaparecidos de la democracia. Exacto, leyó bien, desaparecidos
del sistema democrático, de la falsa deidad que nos enseñaron, muchas veces
obligadamente, a respetar so pena de alguna sanción de rancio estilo novelesco “1984”.
Recordé aquellos rostros de los infelices que todavía están en algunas
mazmorras o submundos de la democracia, de personas que nunca más vivieron la
libertad o el pleno desarrollo de sus aptitudes para el mejoramiento humano de
sus vidas.
Repiquetea en la prensa canalla, la
pregunta ideologizada y harto politizada: ¿Dónde está Santiago Maldonado? Un
taxista formoseño, tierra acaudillada desde hace décadas por el delincuente
Gildo Insfrán, me lo tildó de “hippie
vago, mugriento”. No solamente tenía razón, sino que hasta el chofer, de
casi mi misma edad, sabía que lo de este Maldonado era –es- parte de una
cuestión con tufillo político local e internacional.
Aceptando que, al fin y al cabo, el
tal Santiago Maldonado, que andaba enredado en reclamos subversivos con “mapuches”,
se encuentre desaparecido, oculto, con otra identidad y gozando de una vida de
placer o, pensemos mal, sirviendo a los intereses financieros de la inglesa
ciudad de Bristol, el hecho no deja de ser una tragedia.
Universalicemos el ejemplo del alta
y dudosamente publicitado Maldonado. ¿Qué hay, entonces, de las personas que
figuran en esos papeles con membrete del Ministerio de Seguridad de la Nación
pegados en el aeropuerto de Formosa? ¿Valen más o menos que Santiago Maldonado?
¿Merecen más o menos segundos y minutos de publicidad que los dispensados a
quien protestaba junto a unos “mapuches” de habla hispana para escindir
territorio argentino?
Un eslogan de muy pobre pensamiento,
empieza a corroer los medios de comunicación, y que dicen algo así como que “Macri está haciendo desaparecer a personas
como en la dictadura”. Muy bien, hay allí un meta mensaje: que un gobierno
surgido de la democracia sea comparado con el de un proceso militar de facto
por hacer desaparecer humanos, lo que no sería tan descabellado imaginar. Y le
sumaría una pregunta retórica, ¡ya que estamos!: ¿Y si todos los gobiernos de
la democracia surgida en 1983 tienen sus propios desaparecidos?
Al pensar en este último
interrogante, traté de encuadrar lo mejor que pude mi celular para, casi en el
acto, el obturador de la lente logre acaparar la mayor cantidad de imágenes
posibles. Y los datos que acompañan a las fotos de los desgraciados me asombran,
al tiempo que avalan lo que me cuestiono en la pregunta retórica. Veamos.
Dice en uno de esos carteles de mejor
visibilidad “BUSCAMOS A Ariel Eduardo
FRUTOS”, el cual desapareció en la localidad de Ezeiza, Provincia de Buenos
Aires, el “01/03/2015”. Me pregunté
que quién gobernaba en marzo de 2015. Respuesta: Cristina Fernández Elizabeth
Wilhelm de Kirchner. Ese Frutos es un desaparecido del gobierno democrático
kirchnerista, ¿no es cierto? Sigamos con otro.
En el
extremo superior, figura el cartel, en blanco y negro, de la ciudadana desaparecida “ANELEY KAREN GIMENEZ”.
Fecha de desaparición: 27 de octubre de 2012. Vuelvo a molestar la frágil
memoria colectiva: ¿Quién gobernaba en octubre de 2012? La supuesta abogada
Cristina Fernández de Kirchner. Continuemos.
El 24 de septiembre de 2015, bajo el
gobierno de Cristina Kirchner, desaparecieron dos criaturas, “Malena y Valentina JUNCOS MALLEA” de 6
y 8 años, respectivamente. ¿Nadie salió a protestar, con carteles y alboroto,
por la desaparición de las niñas Juncos Mallea? Hasta el delincuente Carlos
Saúl Menem tiene su desaparecido en el encuadre de la imagen capturada, cuando
aparece un joven melenudo de nombre “Mariano
Damián ARIAS” que fue visto por última vez en la localidad bonaerense de
Lomas de Zamora en 1997, cuando contaba 18 años de edad (ahora, dice el cartel,
tendría 38).
Pregunto, ya para finalizar, ¿dónde
están todos ellos, desaparecidos bajo gobiernos de la democracia?
Por Gabriel O. Turone
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